Esta es la historia de don Gerardo Molina Romero, de 71 años. Su esposa nos la compartió y nosotros quisimos contarla.

Un vistazo a su vida: A la edad de 14 años, siendo apenas un niño, Gerardo dejó su pueblo en busca de trabajo en las bananeras, alejándose de su hogar y familia para asumir la carga de un trabajo pesado, inusual para alguien de su edad. Después de un tiempo, tomó la decisión de mudarse a la capital en busca de oportunidades laborales mejores. En la ciudad, comenzó su carrera en el campo de la seguridad privada, pero con determinación y esfuerzo, logró convertirse en un oficial de policía penitenciario tras obtener la educación y la preparación necesarias. Durante 38 años de servicio dedicado a su país, desempeñó un papel crucial.

Hoy en día, Gerardo disfruta de su merecida jubilación y se dedica a cultivar una amplia variedad de hortalizas y verduras que consumimos en nuestro hogar. Además, lidera una asociación que presta ayuda a adultos mayores y enfermos, proporcionándoles camas, sillas de ruedas y otros recursos necesarios. También es un líder comunitario que se esfuerza por apoyar a personas necesitadas, recolectando alimentos para distribuir en la comunidad. Además de todas estas contribuciones, Gerardo es un esposo y padre excepcional. Además, comparte su pasión por el baile folclórico, ensayando conmigo en casa y actuando en instituciones y eventos donde nos invitan.

Don Gerardo es el vivo ejemplo de que en esta vida la edad no es limitante para hacer lo que amamos, y lo más importante, para ayudar a otros. Todo un ejemplo a imitar.