La Inteligencia Emocional es un concepto que se escucha con frecuencia y se recomienda su desarrollo y aplicación, desde hace ya varios años a la fecha y cada vez ha ido tomando mayor auge. ¿Pero, en que consiste la Inteligencia Emocional, para qué sirve o cómo se aplica?

La Inteligencia Emocional se refiere la habilidad de entender, utilizar y administrar de forma asertiva, las emociones propias e inclusive las de las demás personas, para así lograr tener una mejor respuesta ante aquello que provoco esa descarga energética. Y el objetivo de desarrollar y aplicar la IE es además de a groso modo, tener una mejor calidad de vida, se logra reducir el estrés, mejora de manera efectiva la comunicación con las personas que le rodean, puede lograr empatía, así como superar desafíos y disminuir la cantidad de conflictos.

Dicho en otras palabras y para explicarlo en términos más sencillos: cuando una persona recibe una palabra o acción, a lo cual se llamará: Estímulo, este puede generar en ella una emoción (la cual tiene una gran carga energética) y provocar una respuesta impulsiva hacia quien origino el estímulo, lo cual podría traer consecuencias negativas además del malestar emocional propio. Y es aquí donde entra a jugar un rol predeterminante la IE, porque el estímulo se va a presentar, va a generar una respuesta/acción, pero ya no será impulsiva ni automática y por el contrario le va a generar efectos positivos en su calidad de vida.

Algunas personas nacen con cierto nivel de IE y otras deben aprender a desarrollarlo a lo largo de su vida, más, sin embargo, irá mejorando día con día, pues este cambio no sucede de la noche a la mañana y menos cuando hablamos de las emociones del ser humano.

Para desarrollar y fortalecer la IE hay que poner en práctica algunas respuestas, además de trabajar en los siguientes aspectos propios:
• Autoconocimiento
• Autorregulación
• Automotivación
• Empatía
• Habilidades sociales

Recuerde que la emoción es algo que se siente y solo se presenta, pero la respuesta es algo que se puede modificar y controlar, obteniendo mejores resultados que en el pasado. La IE es aplicable a todos los aspectos de la vida cotidiana: una pareja, la familia, a los hijos, un vecino, un trabajo, un compañero (s), un jefe, etc.

Retomando los elementos para desarrollar y fortalecer la IE.

Autoconocimiento: conocer e identificar cuales son las reacciones automáticas y sus posibles consecuencias, ya que ahora deben ser modificadas por otras que sean asertivas con mejores resultados.
Autorregulación: lo cual se refiere a no ser impulsivo y reaccionar tomando decisiones a priori o emocionales.
Automotivación: lo cual se refiere a que la persona comprenda e interiorice que es lo que lo motiva a cambiar, entendiendo que es lo realmente importante para el mismo, esto no se refiere jamás a cambiar para o por otras personas, sino motivado y originado por la misma persona y para sí mismo.
Empatía: la cual se refiere a la capacidad de ponerse en los zapatos de los demás y comprender su sentir, aunque no lo comparta, pero lo comprende.
Habilidades Sociales: las cuales están mas relacionadas a la facilidad y habilidad para comunicarse y escuchar a las demás personas, transmitir ideas, emociones, entre otros.

Finalmente, la Inteligencia Emocional no pretende controlar las emociones, ni mucho menos enmascararlas u obviarlas, sino darles un giro positivo para saber manejar aquellas situaciones que parezcan incontrolables, utilizando estrategias y técnicas que le permitan a la persona a tener satisfacción emocional, mejor calidad de vida, mejor manejo de sus propias emociones, lograr establecer relaciones interpersonales saludables, tomar decisiones asertivas, pensadas, analizadas, disminución o eliminación de una fuente de estrés, mayor rendimiento laboral, mejora la calidad del sueño pues se eliminan fuentes de ansiedad, mayor bienestar psicológico, mayores oportunidades de trabajo inclusive, en fin un desarrollo personal super favorecedor para sí mismo y su entorno.

Dra. Geovanna Chacón
Psicóloga.